A
día de hoy todos los que estamos familiarizados con el aprendizaje o la
enseñanza de lenguas extranjerAs sabemos en qué consiste este método. Para
aquellos que no lo recuerden les refrescaré la memoria. La actividad se realiza
en parejas y, originalmente, cada uno posee una lengua materna. Lógicamente, cada
miembro está interesado en el aprendizaje de la lengua materna de su compañero.
La idea es sencilla, cada uno habla en su idioma y así mantienen una
conversación de manera que constantemente están recibiendo influencia e
información de la lengua que desean aprender o mejorar.
Iñaki,
nuestro profesor del máster nos
contó como en su colegio han adaptado esta técnica a sus aulas sin necesidad de
alumnos extranjeros. Es interesante hacerlo con un grupo de alumnos que sea
par, si no lo es siempre podemos arreglarlo y hacer tríos ¡no hay que poner
trabas al aprendizaje!. Para que la actividad funcione correctamente debemos
intentar mezclar alumnos con avanzadas destrezas lingüísticas con los que les
cuesta un poquito más. Se les hace una grabación inicial manteniendo una
conversación íntegramente en inglés. Cada semana las parejas, por su cuenta,
durante el recreo deben prácticar las conversaciones para adquirir mayor
fluidez. Pasadas entre 8 y 12 semanas se les vuelve a grabar para comprobar si
ha habido avance o no. Nuestro profesor nos demostró que en su colegio si era
notable la mejora.
Personalmente, pienso que es una forma sencilla y eficaz para que nuestros alumnos aprendan y
se influencien unos a otros de manera positiva. Además, no sólo se trabaja el
aprendizaje de la lengua inglesa sino también otros valores como el sentido de
equipo, solidaridad con el compañero que necesita ayuda. Obviamente, las
resultados serían todavía más notables si el tándem si hiciera con alumnos
extranjeros pero es una buena forma de cubrir esa falta. ¡Si se quiere se
puede!
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